Celestino "Sapo" Ballesteros es policía. Acaba de volver a su pueblo natal, 9 de julio (Buenos Aires,) para rehacer su vida luego de haber trabajado en el conurbano.
Parte de su nueva vida, por el momento, implica volver a vivir con sus padres "hasta acomodarse".
Y también volver al ruedo. ¿Qué ruedo? Primero, volver a trabajar como jefe de patrulla rural que fue como comenzó su carrera de policía. Y segundo, volver al mundo de las citas.
Pero las cosas cambiaron y ahora ya no es tan fácil conocerse personalmente sino que todo el mundo recurre a las redes sociales.
El problema es que Ballesteros no se siente seguro en el mundo de las aplicaciones... pero a la vez es la forma en que hoy se usa para conocer mujeres, parece.
¿Qué hace Ballesteros?
[[Empieza a usar Tinder]]
[[Sale a buscar oportunidades]]
[[Mejor conocer a alguien personalmente]]
Hay que aceptar que los tiempos han cambiado y que es mejor tomar lo bueno de la tecnología para que las cosas sean más fáciles.
¿Más fáciles? ¿Para quién?
Ballesteros desconfía del Tinder.
Teme hacer el ridículo o que la foto no sea verdad. Que en la foto sea linda y en la realidad, no. Le aterra pensar en esa posibilidad, la del engaño, la de caer en la trampa y no saber cómo salir.
No sabe qué hacer...
[[Descarga Tinder]]
[[Consulta con alguien para conocer experiencias]]"Es estúpido recurrir a esas cosas para conocer a alguien", piensa Ballesteros. "Además, se corren muchos riesgos. ¿Y si la mina miente en la foto y pone a otra, o si es una foto de hace 10 años y 15 kilos menos?".
"Mejor salir y ver de conocer a alguien como antes, cara a cara".
Es viernes a la noche, día de peñas en 9 de Julio. Piensa que sería divertido ir... pero son todos varones. También puede ir a uno de los bares que hay o averiguar si hay una fiesta en la zona.
[[Va a la peña]]
[[Va al bar La Subasta]]
[[Se queda en su casa, bah, la de sus padres]]Ballesteros considera que lo mejor es verse cara a cara y confía en no haber perdido su capacidad de seducción.
El problema es que no sabe bien por dónde empezar: ha perdido el ritmo de las citas y, además, en 9 de Julio quedan pocas solteras de su edad (45 años). Bah, en verdad le gustaría alguien más joven... será cuestión de buscar.
Con esta idea en mente decide tomar cartas en el asunto:
[[Va al bar La Subasta]]
[[Le suena el celular]]Todos los viernes hay varias peñas en 9 de Julio. Algunas son solo de varones donde tocan la guitarra y toman.
En otras se baila y hay mujeres.
Ballesteros no sabe bailar. "Pero siempre puedo tomar un vino y mirar qué clima hay", piensa.
Llega a la peña, en las afueras del pueblo,Apenas pone un pie en La Subasta, se da cuenta de que ahí no es.
Conoce a casi todas las caras que se le cruzan y a lagunas las conoce demasiado. Vuelven a su mente las palabras que alguna vez había escuchado a sus conocidas: "Imposible conocer a alguien en 9 de Julio si pasaste los 30, nos conocemos todos y estamos quemados".
De todos modos ya que está ahi, decide tomar una cerveza en la barra.FInalmente ha dado el paso: ya tiene Tinder en su celular.
Mira el ícono de la aplicación como si se tratara de una brújula loca. Ahora que ya lo tiene. debe usarlo, por supuesto.
Tinder le pide fotos "que hablan de él, de su vida" y que haga una breve "pero atractiva" descripción de sí mismo.
Ballesteros contempla la pantalla y se siente abrumado. No tiene fotos de sí mismo (no se saca selfies) y tampoco sabe qué escribir para contar quién es de forma seductora o como haya que hacerlo.
Se empieza a impacientar. Se siente un naufrago en el mar de la modernidad. Para colmo mira a su alrededor y ve su pequeña radio AM, cuadradita, oscura y sin gracia y siente que ese objeto sí que lo describe, habla de él.
Suspira con una mezcla de resignación y fastidio, Lo último que puede poner es algo de eso porque lo catapulta a ser un viejo de mierda.
Tiene ganas pero también cierto cansancio. O quizás le cuesta tomar estas decisiones. NO sabe bien pero tampoco quiere seguir pensando demasiado.
Vuelve a la casa de sus padres, que están mirando Netflix en el living.
-¿Qué miran?, les pregunta.
-Un policial, dice Elena, su madre, mientras le guiña un ojo. ¿Te sumás?
-Creo que no... voy a comer algo, responde.
-Sapo, soy Naser, se presentó el fiscal.
-Sí, te tengo agendado.
-Necesito que vengas.
Silencio
-Sé que es viernes y a lo mejor tenés otros planes.
-¿Qué pasa?
-Te cuento acá. Estoy en la finca de Bay. ¿Sabés dónde es, no?
-Sí.
Guardó el teéfono en el bolsillo. No lo queria reconocer, pero se sintió aliviado.: lo inquietaba mucho más salir al ruedo de la conquista que ir, una vez más, a investigar un delito.
[[Va a la quinta de Bay]]
Ballesteros considera que lo mejor es verse cara a cara y confía en no haber perdido su capacidad de seducción.
El problema es que no sabe bien por dónde empezar: ha perdido el ritmo de las citas y, además, en 9 de Julio quedan pocas solteras de su edad (45 años). Bah, en verdad le gustaría alguien más joven... será cuestión de buscar.
Con esta idea en mente decide tomar cartas en el asunto:
[[Va al bar La Subasta]]
[[Le suena el celular]]